A partir de allí esperando la apertura al norte del paralelo 44 a partir del primero de abril, generando también una fuerte expectativa que con el paso del tiempo se diluyo. El calamar era chico, y de comportamiento errático. Comenzaron a verse capturas hasta de tamaño SSS, algo que hacia mucho se lo capturaba. Así es como desde la DNCyFP se decidió suspender áreas al norte del 44 y hasta el 39, y después al norte del 39. La flota potera, casi sin saber donde pescar para alcanzar la segunda marea y con costos altísimos, una parte siguió buscando otra prefirió refugiarse en puerto.

A partir de fines de mayo, se pudo reiniciar una búsqueda y detectar algunas buenas cantidades y mejor calidad al través de Monte Hermoso a unas 120 millas al Este, lugar histórico que aparecía el calamar en menor volumen que donde históricamente se lo capturo en los últimos años.

Lo concreto es que en desembarques, todos estos vaivenes generaron una caída sustancial por debajo del 55% menos de descargas para el puerto de Mar del Plata hasta fines de mayo, pero, actualmente se recompuso bastante la captura, que si bien aún es errática, con días de 5000 kilos y otros de 35000 kilos, la calidad parece mejorar. Ya atrás quedaron los SSS y las capturas hoy se sitúan con buena calidad comercial en tallas M en su mayoría cercana al 85% mientras que el restante se sitúan en M y L.

La flota extranjera tampoco a tenido un buen comportamiento sobre el calamar, muchos buques operativos históricamente sobre la milla 201, partieron al sur de Islas Galápagos o al sudeste asiático por reparaciones en forma prematura. No fue una buena zafra para ninguno, salvo algunos arrastreros que descargaron en el puerto local, que aprovechando aguas afuera de la barranca y superiores a los 350m pudieron dar con el calamar a muy buen precio comercializado en los muelles locales, donde el tamaño registrado era L y LL, siendo los únicos beneficiarios de una zafra que roza la peor de los últimos años.