Los desembarques hasta la semana pasada habían aumentado 54% en relación con el año pasado, con la flota potera creciendo 45%. Antes del 25 de marzo debería salir el buque de investigación “Eduardo Holmberg” a completar la evaluación en la Unidad de Manejo Norte, pero no está en condiciones.
Los 65 barcos poteros que operan este año sumaron 63.037 toneladas, 45% más que en el período analizado de 2023. Los barcos arrastreros congeladores contabilizaron 9.322 toneladas, 87% más que las pescadas el año pasado, en tanto el mayor crecimiento lo exhibe la flota fresquera de altura que declaró descargas por 2.534 toneladas, 766% más que el año anterior.
Los datos más finos todavía se mantienen vedados hasta que el Consejo Federal Pesquero comience a funcionar y a tratar los informes técnicos que elabora el Programa de Pesquería de Cefalópodos que desde que arrancó la zafra reporta el estado de situación cada dos semanas.
Más allá de que no hay precisiones sobre cuánto de las capturas lo compone el stock desovante de verano y cuánto el sudpatagónico, armadores y científicos consultados por este medio destacaron una mayor presencia del stock sudpatagónico, con ejemplares de buen tamaño.
Este stock, el principal de la pesquería, había fallado en los dos últimos años y generó el pedido de una apertura anticipada de la unidad de manejo norte, que habitualmente se abre a partir del 1 de abril. Este año nadie piensa en eso.
La semana pasada se perdieron un poco las marcas por el período de mal tiempo y fuertes vientos que hubo en zona de pesca, pero ya se reencontraron y la flota mantiene en general buenas capturas estos últimos días. Según pudo saber este medio hay cuatro observadores a bordo de la flota, reportando la evolución de las novedades de una temporada abundante.
La incertidumbre que asoma en la pesquería aparece lejos de la zona de pesca. El 25 de marzo es la fecha límite para que zarpe la campaña de evaluación en el Unidad de Manejo al norte del paralelo de 44° Sur, para conocer la abundancia del sotck bonaerense norpatagónico.
La travesía tiene como buque asignado al “Eduardo Holmberg” que terminó el mes pasado la campaña de calamar en la Unidad de Manejo Sur. Con algunos contratiempos por el clima y el ingreso a Comodoro Rivadavia para bajar una tripulante, el relevamiento pudo completarse luego de dos años de cancelaciones.
El buque de investigación llegó con dos de sus tres compresores de aire fuera de servicio, problemas en el guinche, tuberías pinchadas y fallas en la bomba de agua del equipo de ósmosis. “Los tres compresores se desarmaron, pero todavía están a bordo, no hay horas para talleres porque les deben plata y no saben cuándo van a cobrar”, reportó una fuente del Instituto.
En la Dirección de Armamento y Buques reconocieron que existe una deuda, pero relativizaron el monto. Aseguran que el buque podrá salir en la medida que les habiliten el ingreso de los talleres para trabajar y se compren los insumos para su alistamiento.
“No hay plata” parece ser también el lema del INIDEP, donde siguen sin designar a un Director y funciona con la firma del Subsecretario de Pesca. Ayer en cercanías de López Cazorla aseguraban que la campaña de calamar se financia con fondos propios del organismo de investigación y no con aportes de las empresas pesqueras que operan sobre el recurso.
