El Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, liderado por Gerardo Werthein, comunicó el 3 de diciembre de 2024 a la embajada británica en Buenos Aires su negativa a autorizar las investigaciones del RRS James Cook. La solicitud británica incluía fechas entre el 26 y el 30 de diciembre de 2024, y del 2 al 30 de enero de 2025. Argentina fundamentó su rechazo en el incumplimiento del plazo mínimo de seis meses establecido por el artículo 248 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar).
Argumentos técnicos y tensiones diplomáticas
Pese a que no hubo objeciones de organismos argentinos como la Dirección Nacional de Malvinas y la Secretaría de Política Oceánica, el rechazo formal fue firmado por Eduardo Miguel Bustamante, alto funcionario de la Cancillería argentina. Esta decisión, lejos de adoptar una postura conciliadora, mostró firmeza en un momento de tensión diplomática creciente entre Argentina y el Reino Unido.
El Ministerio de Defensa argentino, aunque reconocía que los datos oceanográficos obtenidos por el James Cook podrían tener aplicaciones militares, consideró que estos no representarían un riesgo para la soberanía. Sin embargo, solicitó que un observador naval británico estuviera presente durante las operaciones del buque, un requerimiento aceptado por el Reino Unido.
Uruguay y el rol de Montevideo como base internacional
En contraste con la postura argentina, Uruguay ha adoptado una actitud permisiva hacia las operaciones de flotas extranjeras, ofreciendo su infraestructura portuaria como apoyo logístico. Montevideo se ha consolidado como un enclave estratégico para embarcaciones que operan en el Atlántico Sur, incluidas las flotas pesqueras que explotan recursos cercanos a áreas bajo disputa de nacionalidad china, coreana, taiwanesa y españolas entre otras.
La llegada del James Cook no solo refuerza esta dinámica, sino que también refleja la voluntad de Uruguay de facilitar operaciones internacionales, incluso en contextos diplomáticos delicados. Este enfoque pragmático ha despertado críticas en algunos sectores que consideran que la política uruguaya podría debilitar los reclamos argentinos sobre la soberanía de las Islas Malvinas y sus aguas circundantes.
Contexto internacional
La negativa de Argentina a la solicitud británica se dio en un contexto más amplio de disputas sobre la soberanía en el Atlántico Sur. El gobierno argentino también ha expresado recientemente su preocupación por los aterrizajes de aeronaves militares británicas en países vecinos, incluyendo a Uruguay, y ha cuestionado acuerdos bilaterales que considera contrarios a sus intereses territoriales.
Por su parte, el Reino Unido ha mantenido su postura firme respecto a la soberanía de las Islas Malvinas, reafirmada en octubre de 2024 por el primer ministro Keir Starmer en el Parlamento británico. Las relaciones entre ambos países continúan marcadas por desacuerdos históricos y recientes, como el caso del James Cook.
Conclusión
La llegada del RRS James Cook a recalar en rada exterior Montevideo no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia que subraya el papel de Uruguay como un actor permisivo y pragmático en la región. Mientras Argentina mantiene su rechazo firme a las operaciones británicas en aguas bajo su reclamo, Uruguay se posiciona como un aliado logístico y operativo, contribuyendo a un escenario diplomático cada vez más complejo en el Atlántico Sur a pesar de los vínculos históricos y de su compromiso como socios fundadores del Mercosur; dando asilo logístico incluso, a la flota pesquera extranjera, donde, además de su puerto, brinda en muchos caso, el combustible necesario y suficiente para que esa flota, distante a 10.000 millas náuticas de su puerto base. Agregando que Montevideo, también es uno de los puertos que sostiene la media docena de buques reefers que operan dando alijo y transbordo a cargas refrigeradas de origen, al menos incierto y sin trazabilidad, de FAO 41.