Uno de los rasgos definitorios de la presente temporada de calamar illex argentinus 2025 ha sido el elevado grado de preparación técnica y operativa de la flota: los buques poteros argentinos acreditaron una eficiencia sobresaliente; desde el puente, capitanes, oficiales; personal de máquinas y tripulaciones formadas bajo estándares rigurosos, capaces de ejecutar las maniobras de pesca con precisión y plena observancia de las condiciones de seguridad.

Sobre esta base operativa se articuló una planificación empresarial de alcance estratégico. Las compañías pesqueras y procesadoras, guiadas por un criterio de rentabilidad previsible, asignaron al calamar Illex la categoría de especie prioritaria y orientaron sus recursos a maximizar el esfuerzo dirigido. La coyuntura de mercado para merluza y langostino, las estructuras de costos contenidas y la notable respuesta biológica del recurso se combinaron para generar márgenes excepcionales, irradiando beneficios a toda la cadena industrial y logística del sector.

La decisión de numerosos armadores de anticipar inversiones en mantenimiento preventivo (con costos extraordinariamente altos en dólares), sistemas de iluminación de última generación, automatización de izado y logística integrada produjo resultados tangibles: las operaciones de descarga se sucedieron sin interrupciones relevantes, el mercado absorbió el volumen con celeridad y el entramado productivo exhibió una solidez que sienta precedente.

En el plano internacional, las reducidas capturas registradas en Malvinas por segundo año consecutivo —muy inferiores a los valores históricos y con campañas cerradas antes de la fecha proyectada— ejercieron una presión inusitada sobre la demanda de los mercados asiáticos y europeos. Ante la necesidad de asegurar el abastecimiento, los principales compradores adelantaron compromisos contractuales con comerciales y brokers de la especie, convalidando cotizaciones superiores a las de la campaña anterior y reforzando, de ese modo, la ecuación de rentabilidad del sector. Esta dinámica consolidó la posición de la Argentina como proveedor central de Illex en el comercio mundial.

En este contexto, se destaca -según el Informe Técnico Oficial del INIDEP anexo a la última reunión del CFP-, la flota de los » Lu Qing Yuan Yu » como los buques de mayor cantidad de calamar capturado y descargado, en torno a las 3600 tn cada uno, que aprovecharon la zarpada hacia fines de diciembre pasado, contabilizando hasta 6 mareas y capturas promedio de hasta 28 tn/día.

La campaña 2025 representa mucho más que un resultado numérico destacado: es la expresión concreta de una pesquería que ha alcanzado madurez, sostenibilidad ecológica, sustentabilidad económica y eficiencia operativa. Este logro es fruto de la articulación entre diversos factores: el respaldo técnico y científico del INIDEP, la planificación privada empresarial, el profesionalismo sostenido de las tripulaciones y una coordinación institucional que funcionó con precisión. A ello se suma el compromiso de los equipos de descarga y alistamiento, presentes en cada puerto receptor de buques poteros y arrastreros, respondiendo con solvencia a la exigencia operativa del año, pero sobre todo rentabilidad positiva.

La temporada 2025 del calamar Illex argentino comenzó a delinear su carácter en enero, desde los primeros esfuerzos de capturas al noreste de Santa Cruz, donde las capturas tempranas se tradujeron en desembarques significativos que eligieron por cercanía, Puerto Deseado. Aquellos primeros indicios dieron paso a un febrero excepcional: un mes en el que la actividad pesquera alcanzó uno de sus picos más altos en ritmo y volumen. En ese contexto, Puerto Madryn emergió con fuerza como el principal puerto de descargas, consolidando su liderazgo estadístico hasta abril gracias a una logística aceitada, una capacidad de respuesta acorde al nivel de exigencia además de la cercanía al caladero, donde la flota iba al compás del recurso con movimiento hacia el noreste.

Con el ingreso de la flota al norte del paralelo 44, comenzó una nueva fase de la campaña, marcada por la intensa participación de grandes arrastreros que capitalizaron una temporada abundante a lo largo de toda la isobata de 200 metros. Fue entonces cuando Mar del Plata tomó el protagonismo: a partir de mayo, su infraestructura portuaria y operativa permitió no solo absorber, sino superar el volumen de desembarques que hasta ese momento encabezaba Madryn. Hacia fines de mayo, -sin contabilizar la última semana-, Mar del Plata se posicionó al frente con 77.400 toneladas, cifra que marca un desempeño alto en la temporada por cercanía a la zona de captura y a las mayores concentraciones del cefalópodo.

Este sostenido nivel de actividad generó una dinámica laboral incesante. Durante semanas, las operaciones de estiba se mantuvieron activas los siete días de la semana, reflejando el compromiso y la eficiencia de los equipos de trabajo. Los números, hoy visibles, son el resultado directo de ese esfuerzo colectivo que dio forma a una de las temporadas más sólidas y ordenadas de los últimos años.

Aunque la temporada concluirá el próximo 10 de junio, el ejercicio 2025 (hasta el 22 de mayo con descargas oficiales en 182.993 tn) ya se inscribe como el punto más alto de la pesquería de calamar Illex en aguas argentinas en los últimos diez años, generando un proyectado para el año que podría orillar las 195.000 toneladas. Es el resultado tangible de una cadena de valor que supo traducir conocimiento, esfuerzo y visión estratégica en una nueva marca histórica. Pero, sobre todo, este desempeño reafirma una realidad: cuando se combinan condiciones ambientales favorables, márgenes de rentabilidad positivos y una estructura operativa sólida, el éxito no es casualidad, sino consecuencia. Sin rentabilidad es imposible pescar, y cuando se dan las condiciones, las pruebas están a la vista.

La plataforma marina argentina, generosa en biodiversidad y productividad, continúa brindando oportunidades reales para una actividad pesquera de alto valor estratégico. Cuando esas condiciones naturales se combinan con precios internacionales sostenibles y un engranaje operativo eficiente, el resultado trasciende las cifras: se traduce en empleo genuino, ingreso de divisas y desarrollo regional con arraigo territorial. En este esquema, donde la rentabilidad empresarial no es un fin en sí mismo, sino la condición necesaria para sostener el trabajo, la inversión y la amortización de las unidades navales, la campaña 2025 se destaca como testimonio del equilibrio posible entre explotación responsable y crecimiento económico.

El éxito alcanzado no es fruto del azar, sino de la acción articulada de múltiples protagonistas cuando la cadena de valor es rentable para todos los actores, ese recorrido, que parte del mar y culmina en una cadena global de consumo, representa un modelo virtuoso de producción, empleo y generación de valor agregado. Un modelo que merece no solo ser reconocido, sino también preservado y replicado, como política pública de Estado orientada al desarrollo sustentable del país.