La autoridad dispuso el cierre temporal de la pesquería invernal de calamar loligo tras constatar un desplome de los niveles poblacionales. La medida, que afecta a 16 barcos de sociedades mixtas, será revisada según los resultados de un nuevo estudio científico.

La temporada había comenzado el 27 de julio con una estimación inicial de algo más de 29.735 toneladas de biomasa. Sin embargo, esa cifra se redujo primero a 21.695 toneladas y, posteriormente, a 14.722, con un intervalo de confianza que en su límite inferior baja hasta las 6.539 toneladas.
Ante esta tendencia, las autoridades isleñas emitieron la orden de cierre, sujeta a la evolución de las capturas. El Departamento de Pesca continuará monitoreando el caladero, mientras industria y gobierno coordinan la realización de un nuevo estudio científico. El resultado determinará si la temporada se reabre o queda clausurada.
En este sector del Atlántico Sur operan exclusivamente 16 buques de sociedades mixtas con participación de empresas viguesas como Pescapuerta, Pereira, Wofco, Copemar o Chymar. La primera campaña del año concluyó con unas 38.000 toneladas capturadas, en línea con ejercicios recientes, pero lejos de los mejores registros, que superaron las 50.000. Es el tercer año consecutivo que la segunda campaña se ve afectada por la escasez.
En 2023 y 2024 también fue suspendida. Entre las causas posibles del declive figuran el impacto del cambio climático en la reproducción y corrientes marinas, la sobrepesca fuera de la zona económica exclusiva —donde faenan miles de buques asiáticos— y las prospecciones petrolíferas en la región.(El Atlantico)