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Miguel Ángel Pichetto: «Federico Sturzenegger es buen técnico, pero no entiende nada»


enero 16, 2024enero 16, 2024No comments

El diputado nacional por Hacemos Coalición Federal afirmó además que «Alberto Fernández va a rezar por todo el año que le hizo al país». A su vez, apuntó contra la CGT y aseguró que el paro del 24 de enero «es muy apresurado, mucho más después de la inercia de casi cuatro años».

Miguel Ángel Pichetto
Miguel Ángel Pichetto | CEDOC

El ex auditor general de la Nación y diputado nacional, Miguel Ángel Pichetto, aseveró que «gobernar en contra del Congreso es un camino equivocado». «No se le puede echar la culpa de la inflación al gobierno de Milei», recalcó en Modo Fontevecchia, por Net TVRadio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

 

Miguel Ángel Pichetto es diputado nacional por Buenos Aires, presidente de Encuentro Republicano Federal. Además, fue uno de los titulares de la Auditoría General de la Nación hasta el 10 de diciembre de 2023, candidato a vicepresidente en 2019, senador nacional, consejero de la Magistratura e intendente de Sierra Grande en sus comienzos en 1985. 

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El fenómeno más interesante de la política actual post 10 de diciembre o triunfo de Javier Milei en el balotaje es la creación del grupo de diputados que vos estás comandando, como la creación de un nuevo centro, algo distinto de la dos coaliciones y de la tradicional grieta. Ese grupo que vuelve a juntar personas heterogéneas, como Ricardo López Murphy otra vez con Margarita Stolbizer y con Lilita Carrió, más el «peronismo blanco» de Córdoba, otros peronistas y gente del PRO. ¿Cómo lograste armar todo eso?

Hubo una voluntad común de gente que tiene una experiencia dilatada en la vida pública. Nos encontramos y se creó un espacio de racionalidad y responsabilidad institucional para tratar de construir acuerdos o consensos. Consolidar la democracia en Argentina, una mirada de cambio, requiere de acuerdos, desdramatizar la vida pública y bajarle un cambio a las declaraciones.

Hay mucho declaracionismo en el Gobierno y esto requiere que el Gobierno gobierne con el Congreso. Gobernar en contra del Congreso es un camino equivocado. Si se logran encontrar estos espacios comunes, esta visión del cambio necesario, de algunos temas que indudablemente el país está necesitando para construir un capitalismo moderno e inteligente, el Gobierno tendrá respuestas, apoyo y eso es lo que estamos trabajando junto con el bloque radical también, con el que tenemos un muy buen diálogo (como Rodrigo de Loredo). Nos anima el espíritu colaborativo. Ahora, no cualquier cosa, como cuestiones que aparecen como caprichos menores o temas que aparecen como dirigidos a determinados sectores de la economía. Para eso se necesitan leyes especiales y armar una agenda parlamentaria a partir del 1 de marzo.

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Si uno le suma a los radicales, ¿no nos encontramos con algo parecido al Grupo A que en algún momento incluso llegó hasta superar los 100 diputados? ¿Esto lo que implica es que, de alguna manera, Juntos por el Cambio no existe más, por lo menos en el Congreso?

Nunca se puede decir definitivamente que un espacio político está terminado en Argentina, la historia está llena de ejemplos de muchos dirigentes o espacios que no existían más o de muchos espacios que no existían más y luego reaparecieron. Hay que encontrar un camino común y construir en el Congreso un espacio mayoritario por el cambio, la visión del capitalismo, superar la herencia, salir de la inflación, y dejar de cometer errores en la administración del gobierno. En este tema, se necesita y hay que salir de la posición del «todo no». Lo importante de algunos que hablan no es lo que dicen sino quién lo dice. Venimos de un proceso de derrota, fracaso, un presidente que no fue y ahora será recibido por el Papa. Argentina tiene estas cosas, como personajes intrascendentes que emigran a España, ahora son recibidos por el Papa, y se le da de nuevo una trascendencia que no tuvo en el ejercicio del poder. El gobierno de Alberto Fernández fue lamentable y terminó muy mal para el país, junto con un proceso inflacionario que demolió el salario y el poder adquisitivo de los argentinos.

Alberto Fernández y el Papa Francisco
Alberto Fernández y el papa Francisco.

Argentina es un país complejo, no se pueden aplicar recetas que están leídas en el manual de la economía sin conocimiento de la realidad económica de las provincias, con la complejidad que tienen. Entiendo también que hay un espíritu de desarmar el Estado corporativo que viene de la década del ’50.

Hay cuestiones que hay que explicar también, la sociedad necesita explicación y el rumbo. La política también implica una didáctica de cuál es el camino. Los esfuerzos que la sociedad está haciendo ahora son muy grandes y conllevan deterioro, pérdidas, ajuste de precios relativos, inflación heredada (porque no se le puede echar la culpa de la inflación al gobierno de Milei). Es explicar cuál es el camino, cuál es la luz al final del túnel, en qué tiempos, cuándo habrá un plan de estabilización en el medio que pueda ir ordenando las variables para que los precios dejen de aumentar sin techo. Estas preguntas están en el seno de la sociedad que quiere cambiar, ayudar. Pero también está en este momento sufriendo, especialmente la clase media, que es una clase vital en la sociedad argentina, que tiene una vitalidad extraordinaria, una mirada de ascenso social para que los chicos estudien y sean mejores. Esto que heredamos de nuestros padres, algo que todavía subyace en Argentina que es un pensamiento o visión de que el futuro es posible y estudiar y trabajar es bueno, es importante. Todos estos temas que nos metieron en la cabeza a nosotros desde niños, desde jóvenes.

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Te escucho y me hace suponer que finalmente se aprobará la Ley Ómnibus con algunos cambios, pero que se aprobará.

Hay cambios que hay que seguir conversando. Hoy tendremos una reunión en el espacio del bloque. Apuntamos a definir que no estamos de acuerdo con el trato, este mecanismo injurioso que tiene y recibe el Congreso. Analizaremos el fondo de la Ley y trataremos de coincidir con otros bloques en la búsqueda de los acuerdos.

Hay tópicos que indudablemente no pasarán así cómo están redactados en la Ley. Un ejemplo muy sensible es el de eliminar la fórmula previsional a millones de jubilados que perdieron mucho por la inflación del gobierno anterior que licuó salarios de los jubilados. Alberto Fernández va a rezar por todo el año que le hizo al país junto con Axel Kicillof, quien también tiene que ser recordado en esta charla porque le ocasionó un daño tremendo al país con el acuerdo de la estatización de YFP y es un tema que algún día tendríamos que desarrollar más en profundidad. Pero pienso que hay un tema puntual y central que tiene que ser revisado por el Gobierno: no se puede suprimir la ley. Fernández la suprimió durante un año porque sostenía que la fórmula del gobierno anterior de Mauricio Macri era mala. Claro, era muy potente (70% inflación y 30% aumentos de salarios). La suprimió, la manejó como quiso, dio aumentos como pudo, y los jubilados perdieron casi el 40% del poder adquisitivo junto con la inflación de los últimos meses.

Este tema no puede suprimirse alegremente y quedar solamente en la voluntad del «príncipe democrático» que es el Presidente. Hoy los presidentes tienen un hiperpresidencialismo. Si analizás algunos institutos de la nueva Constitución, que venían para limitar el poder presidencial, lo que hicieron fue agrandarlo porque se distorsiona todo en Argentina. Y lo que era para poner un límite se utilizar de manera discrecional. Me refiero al DNU que todos los gobiernos utilizaron. El gobierno de Cristina Kirchner cambiaba la Ley de Leyes, que era la Ley de Presupuesto, con un DNU. En el mes de septiembre modificaba el Presupuesto con un aumento desmedido de partidas para manejos discrecionales. Lo hicieron durante 14 o 16 años.

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Nada me asusta. Pero lo que quiero transmitir es que hay temas que serán revisados. El proyecto de la Ley de Pesca no va a pasar porque afecta a la soberanía territorial argentina, a toda la industria pesquera, destruye todo lo que es la fabricación de buques, todo lo que estaba moviendo. Estas son las visiones de un hombre que está colaborando con el Gobierno y que cree que Argentina le debe algo y se tiene que tomar la revancha. Cada cuatro o cinco años él se toma la revancha. Me estoy refiriendo a Federico Sturzenegger. Sturzenegger es buen técnico, pero no entiende nada, tiene una visión errónea de algunos temas.

La Ley de Pesca hay que dejarla de lado, correrla de este proyecto, al igual que el tema biodiesel. Hace poco tiempo se sancionó una ley en el Congreso respecto a la cuestión del biodiesel y me parece que si se trata en algún momento deberá ser tratada de manera importante, con la convocatoria a todos los sectores. Tiene que ver con el biocombustible, el sector productivo primario, el corte. Por ahora, dejemos esos cómo están, avancemos con la ley en otros temas que tienen que ver con la emergencia económica, lo impositivo, las tarifarias, los instrumentos que Luis Caputo necesita para gobernar, y algunas otras cuestiones que podemos votar.

No voy a votar a favor del juicio por jurado. No responde a la tradición judicial argentina, no tiene nada que ver con nosotros. Mariano Cuneo Libarona es un buen ministro, tiene experiencia, pero la realidad es que no sé quién le transmitió esa idea que es cara, además. Si no hay plata, no aprobemos cosas que encarecen el sistema judicial.

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Claudio Mardones: Lo escucho hablar de Sturzenegger, también mencionó a Luis Caputo, y le sumo Nicolás Posse. Son los tres grandes ausentes en esta etapa informativa que hoy sigue, pero con la presencia de organizaciones y representantes de sectores. ¿Por qué dejaron pasar que no asistan los tres más involucrados y aceptaron que no vayan, más en un momento en donde el Presidente viene de un domingo en el que vuelve a invertir la carga de la prueba y le carga las tintas al Congreso diciendo de que si estos cambios no avanzan la culpa la tiene el propio Congreso? ¿Cree que hay alguna chance para exigir que vayan?

Federico Sturzenegger y Javier Milei
Federico Sturzenegger y Javier Milei.

El proceso de la presentación del Gobierno está terminado con las ONGs que continuarán hoy y mañana. Caputo estaba en diálogo con el Fondo Monetario Internacional. Estaba, en cierta medida, justificado. No tienen que tenerle miedo al Congreso tampoco. Todos los funcionarios que fueron al debate, más allá del ruido que muchas veces generan este tipo de debates, fueron tratados correctamente, hubo una discusión frontal. En alguna otra oportunidad tienen que venir. Caputo mandó a sus dos funcionarios inmediatos y el jefe de Gabinete tendrá que venir a hacer las presentaciones en cada una de las cámaras de manera permanente. Por lo tanto, podría haber sido una buena prueba de fuego que viniera.

No quiero hacer cuestiones de tipo personal. Me referí concretamente a alguien que hoy no tiene ninguna función. Probablemente el Presidente le asigne alguna. Pero lo que hubo fueron manifestaciones muy exorbitantes de su parte en la parte pública siendo y apareciendo como el autor de esta construcción tanto del DNU como de la ley. Algunas cuestiones dentro de estos instrumentos son correctas, avanzan en un camino de desregulación, apertura, libertades. Otras me parecen que requerían un mayor debate, discusión. Hay que armar una agenda para las sesiones ordinarias que comienzan el 1 de marzo. Creo que el núcleo clave (independientemente de que creo en la ley) es que el Presidente quiere dejar trazada cuál es su visión del futuro de Argentina. Me parece legítima, podría haberlo hecho sosteniendo la agenda parlamentaria a partir del 1 de marzo. Concretamente, hay un montón de temas que se incorporan al debate central de la economía, la emergencia, la reforma administrativa.

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CM: Le quiero consultar, a partir de que concluye la etapa informativa, ¿arranca la negociación? Se habló de «semáforos» para poder saber cuáles son las zonas más difíciles, pero eso en el plano de la exploración. Otros consideran que después de las declaraciones de Javier Milei, este domingo, se resetea esto y no todavía no comenzó una negociación. 

Desdramaticemos el debate y las declaraciones. Hay que tener mucha paciencia, comprensión, estar a la altura de las responsabilidades por parte del Congreso y lo vamos a estar. Porque lo importante es el país. Dejemos de lado el cotilleo, vayamos a las cosas concretas. Públicamente dijimos los temas que no van, lo venimos diciendo durante este tiempo. Trataremos de arribar a la construcción de un dictamen de mayoría, no puede comenzar este debate de la ley con un dictamen de minoría.

CM: ¿Piensa en esta semana que es posible eso?

Esta semana se puede lograr el dictamen y definir el comienzo del debate cuando lo decidan las autoridades de la Cámara que tienen que llamar también a una reunión de presidentes de bloque. Es posible y cuanto más rápido lo hagamos y bien, me parece que es importante como mensaje también.

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¿Tomás este gobierno como uno normal? A Gustavo González y a mí no nos parece un gobierno normal. 

No hago análisis psicológico, fui a terapia mucho tiempo. Pero analizo los temas políticos. Acá tenemos un resultado electoral que es producto de un balotaje. Hay una base electoral de primera vuelta dura del 30% y un balotaje en donde la gente también opta y deja de la opciones. El modelo de balotaje no me gusta, pero es lo que rige en Argentina. La Constitución del ’94 modificó el sistema electoral argentino, que era mucho más democrático, que era del Colegio Electoral. Incorpora el balotaje del sistema francés y está todo bien, pero este es el resultado que hubo. El Gobierno tiene un crédito, porque tiene 30 días y hereda circunstancias complejas.

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La legitimidad que tiene Javier Milei

Como vos bien lo marcás, el 30% era de este gobierno, el otro 24% o 25% viene de JxC. Ahora, Carlos Melconian y Rodolfo Santangelo no paran de criticar todas las medidas económicas que está tomando este gobierno. Sí consideran que es un error lo de Sturzenegger y más aún lo de Caputo. Es decir, el más de 20% que le sumó JxC parecería no estar representado en la política económica que se lleva adelante. Luego, tenés a quien ganó la primera vuelta (que es el panperonismo) con una huelga general el 24 de enero, con movimientos todos los días de gente que critica lo que está pasando en la economía. El balotaje finalmente nos colocó una encerrona en la cual nos encontraremos con un gobierno que tendrá legalidad pero no legitimidad.

CGT
La CGT marchará el 24 de enero.

Hay siempre una legitimidad de origen y hay que construir en el gobierno la de ejercicio. Fijate lo que pasó con Fernández y la legitimación de ejercicio: la discusión permanente con Cristina liquidó su gobierno, lo liquidó con esa cuarentena estúpida también, con «el gobierno de los epidemiólogos». No quiero volver al pasado.

En política es malo llegar tarde, es muy dramático, como así también lo es llegar muy temprano. El paro de la CGT es muy apresurado, mucho más después de la inercia de casi cuatro años. Hay que encontrar un camino de diálogo de la CGT y de los sectores laborales con el Gobierno. Había avances que son notables. No entiendo por qué lo echaron a Horacio Pitrau, un hombre experimentado. Lo echaron cuando había logrado un acuerdo con el gremio de Comercio que establecía el sistema de indemnización igual al fondo de desempleo de la Construcción. Un avance increíble, extraordinario, de un gremio poderoso, numeroso e importante, como era el gremio de Comercio.  Aceptaba avanzar en una modernización respecto al tema de las indemnizaciones laborales, que son un verdadero problema, junto con las multas que hacen al juicio laboral. Era un camino y de repente lo echaron, no sé qué pasó.

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Te agregaría la ruptura de la primera alianza con Luis Barrionuevo. ¿No encontrás allí una especie de repetición? Søren Kierkegaard decía que somos la repetición, el ser en sí se percibe en la repetición en la que en lugar de consenso, cuando se logra, se lo vuelve a romper. Lo que vos planteás de que la política son acuerdos, ¿finalmente este gobierno no lo entiende de esa manera?

No hay acuerdos democráticos y responsables en Argentina. Es muy difícil también darle estabilidad jurídica y obviamente inversiones. ¿Quién va a venir a invertir en Argentina, si todo es un conflicto, el Presidente está enfrentado con el Congreso, si no hay marcos de diálogo institucional? Un dato importante fue la reunión con los gobernadores, por ahí va la cuestión. Hay que tener un diálogo institucional con los bloques en el Congreso y hay que construir un diálogo democrático. La democracia es inherente a los partidos políticos, es fundamental la política como actividad humana, como ciencia, como arte. No hay que tener esta mirada de desprecio o de creer de que se puede refundar el país en un minuto. Hay que ir en un camino gradual donde los cambios se consolidan, son importantes y afectados por la sociedad.

También hay que ganar en el tiempo una batalla cultural que el Presidente intenta construir. Hay que hacerlo con el proceso del tiempo, de que la sociedad perciba que el futuro es posible, que habrá cambios y que son convenientes, promisorios. Por ahora, lo que parece en el marco económico es un proceso de licuación, de pérdida de poder adquisitivo y en esta primera etapa puede haber un proceso recesivo. ¿Cuándo comienza a verse la salida para un plan de estabilización? Hay que hablarlo con el Gobierno, con los economistas. Veo que algunas medidas carecen de visión productivista, que es lo que Argentina necesita. Por ejemplo, si le ponés retención a la soja (33%), que está bien y el Gobierno tiene que recaudar, no le podés poner el mismo porcentaje al aceite y la harina, porque si le estás poniendo 36% a la industria, el aceite y la harina, estás impactando en el trabajo argentino, en lo que significa la agregación de valor. Los chinos lo hacen en China. Te abren las fábricas de aceite y harina y te compran el poroto. La agregación de valor es una visión productivista, tiene que ser alentada y, por lo tanto, no puede tener el mismo importe en la retención.

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Como corolario dejame decir que yo creo que, al contrario, la construcción del relato tiene en su esencia el conflicto y no el acuerdo y la forma de construir el relato que lleva adelante. O sea, la relación o el mito que todo gobierno necesita para poder gobernar, ser creíble y apoyado, está construido sobre la base de la confrontación con un otro mítico, como la «casta», los «privilegiados», los políticos a los que se refiere continuamente con desprecio Milei, el mismo que siente por el Congreso y el periodismo. Soy bastante pesimista respecto a que se puedan llegar a acuerdos cuando, casualmente, como dice el radicalismo, que no los insulten, que ellos quieren acordar y los maltratan. Está en la esencia de la construcción de esta forma de relato el desacuerdo. Mi principal temor es que sea simplemente sea una construcción para luego justificar el fracaso. Ojalá esté equivocado.

Hay un libro que es muy interesante y una de las últimas obras de Henry Kissinger que habla del liderazgo y toma la figura de distintos personajes del orden mundial, entre ellos, Margaret Thatcher, que en algunos sectores del Gobierno hay una lectura respecto a esta figura que no es querida en Argentina. En ese capítulo, está esta visión de que no se puede hacer una revolución conservadora con consenso y que hay que confrontar con los sectores para producir los cambios. Esa lógica, si repasás ese capítulo, por ahí podés encontrar alguna explicación, algún rumbo. Hay que salir de ese rumbo. Opino como vos que es importante restablecer el vínculo democrático, el respeto a los otros poderes del Estado y encontrar un camino común para que Argentina supere las dificultades.

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Plenario de comisiones en Diputados.

Coincido totalmente. Pero dejame parafrasear a uno de nuestros entrevistados, que es Jorge Asís, quien califica a todo el mundo. Nosotros estamos tratando de competirle calificando a Melconian como el «Sandro de la economía», por Valentín Alsina, pero él califica a Milei como un «Menem trucho». En esa comparación, que me parece muy buena con Thatcher, el problema es que Liz Truss duró 45 días. Ella quiso hacer la misma revolución que Thatcher ahora, en la tercera década del Siglo XXI.

No es tampoco la realidad de un país como Inglaterra la Argentina. El nuestro es un país heterogéneo.

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Pero aún así. Fijate que en la propia Inglaterra, la «Thatcher trucha» fue Truss.

Duró muy poco. Inglaterra da revancha. Está el caso de David Cameron que perdió el Brexit. Ojo con los esquemas plebiscitarios, todas esas experiencias fracasan. Porque después entran a gravitar los problemas de ese momento. Hay que ver lo que le pasó a Gabriel Boric, Cameron, Augusto Pinochet, para ir un poco más lejos en el tiempo que creyó que el poder era eterno y que lo podía ratificar por un plebiscito, lo perdió y se liquidó el gobierno de la dictadura chilena.

BL JL

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