El director de investigación del INIDEP habló sobre la situación del instituto a nivel presupuestario, de personal y sobre las campañas, los buques y la Escuela de Pesca. Pero también se refirió a temas internacionales como la pesca fuera de la Milla 200 de calamar, merluza y abadejo que aborda junto a un grupo interdisciplinario de Cancillería.
OTTO WÖHLER: No estamos tan mal como se preveía después de ese ajuste; hubo un movimiento habitual de personal, pero hoy no estamos mal, aunque los biólogos siempre queremos más gente porque tenemos tanta cantidad de trabajo para desarrollar que es inevitable pedir más. De hecho, vamos a arrancar un programa de diez becas porque mucha gente se va a jubilar. No tenemos reemplazo inmediato, pero sabemos que tenemos que comenzar a formar gente para reemplazar a los que se irán. La mayoría de los jefes de programa actuales son de una generación de la que ya quedan pocos. Ya está todo listo para hacer el llamado y posiblemente en los años venideros tengamos más becas, para tener un total de entre veinte y veinticinco personas formándose permanentemente en la institución porque lo necesitamos. Es clave en este momento. La diferencia de estas becas con las del Conicet es que nosotros definimos los temas de investigación porque tienen que responder a las necesidades más urgentes del instituto.
RP: ¿Y sumarán también la Escuela de Pesca?
OW: Es una posibilidad, pero todavía no hay nada en concreto, ni está tomada la última decisión. Sería una división educativa del INIDEP que abriría la puerta para otras actividades que tenemos pensadas, como regularizar la formación de observadores e inspectores a bordo a través de la Escuela. Es necesario duplicar el número de observadores y esta sería una posibilidad de hacerlo con cursos regulares. Ahora estamos haciendo un curso, lamentablemente hacía muchos años que no se hacía ninguno y debiera ser un proceso continuo porque la tarea del observador es muy desgastante, como la de un marinero, y requiere recambios. Pero además del recambio necesitamos por lo menos duplicar el número de observadores. No llegamos a cuarenta observadores activos y en merluza tenemos un déficit enorme de observadores.
RP: ¿Por qué a pesar de tener barcos nuevos todo el tiempo surgen inconvenientes y se suspenden campañas?
OW: Todos los que manejan barcos saben que los barcos se rompen, incluso los barcos nuevos, lo que pasa que cuando se rompe el barco de una empresa no sale en las noticias. Acá hubo una mayor cantidad de inconvenientes de los que nos hubiera gustado, eso está claro, pero dentro de todo hemos navegado bastante, llegaremos a los 320 días anuales.
RP: Pero se debieron suspender campañas clave como calamar, merluza y langostino… ¿Estos inconvenientes se generan por falta de presupuesto para el mantenimiento o son otros factores?
OW: Estamos de acuerdo y no queremos que eso suceda, pero también hubo imponderables que no se pudieron prever. En la historia del instituto por lo general no se contó con el presupuesto necesario, pero también hay otras cuestiones que condicionan el mantenimiento de los buques, como no contar con el dinero en el momento en que se necesita. La legislación nacional no se adecua bien al manejo de buques, entonces las urgencias que una pesquera resuelve en una semana, a nosotros nos lleva mucho más porque necesitamos cumplir con una serie de pasos administrativos que hasta actuando eficientemente siempre producen demora. Cuando podemos ser eficientes lo somos, cuando se enredó un cabo en la hélice del Angelescu, en dos días lo resolvimos y la campaña continuó.
RP: Hace unos años, durante su gestión como director del INIDEP, propuso tercerizar el armamento para evitar las trabas burocráticas. Este gobierno parece estar abierto a este tipo de gestión; ¿hay algún proyecto de ese tipo?
OW: Hasta donde yo sé no se está hablando, es una idea que siempre mantengo. Creo que podríamos ser más eficientes trabajando en algunos aspectos como un armador privado, porque tienen un manejo del dinero que no lo tiene el Estado y eso atenta contra la eficiencia porque todos los plazos de ejecución de reparación y mantenimiento son muchísimo más largos. Pero esto tiene otras aristas que es necesario plantear porque los controles en el Estado deben existir, no se puede trabajar con la libertad de un privado. Hay que pulir la idea, pero creo que sería el camino, es una opinión personal.
RP: Este año el presupuesto no aumentó en el mismo nivel que la inflación. ¿Llegaron a cubrir las necesidades del instituto? ¿Les preocupa el presupuesto 2025?
OW: Siempre he sido muy crítico con el nivel presupuestario, pero ahora no estoy preocupado por el año que viene, es un presupuesto más que razonable. Son, a valores de hoy, a razón de 19 millones de dólares. Tendríamos algo de 7 millones para todos los gastos operativos del INIDEP, con alguna posibilidad de ampliación porque están a definirse los Derechos Únicos de Extracción (DUE) y cuando ello ocurra vamos a recaudar más a través del FoNaPe. En los últimos diez años, sin contar este, hemos recibido en promedio un solo un millón de dólares. Este año tenemos previsto recibir casi cuatro millones por la actualización que se hizo a los DUE, que estaban tremendamente bajos y además por el dinero que se genera en los procesos de recertificación de pesquerías que también va al FoNaPe. Desde API habíamos calculado que para funcionar teníamos que contar con unos quinientos días al año de navegación y alrededor de 7 millones para los buques. Vamos a estar muy cerca el año que viene de ese monto entre el presupuesto nacional y lo que va a aportar el FoNaPe. Por primera vez no estoy asustado.
RP: ¿Y respecto de las campañas? Este año habrá 320 días y desde API plantearon 500 días.
OW: Este año al principio se navegó poco, el Holmberg navegó muy poco, pero ahora se le está haciendo nuevo el motor principal. Esperamos que con los arreglos de casco y de motor hechos estemos en una navegación de por lo menos 100 días en este barco.
RP: En su asunción planteó la necesidad de generar servicios de pago para el sector con el objetivo de financiar al instituto. ¿Cómo está funcionando?
OW: El principal proyecto que tenemos es la financiación de campañas por el sector privado
en gran parte de algunos proyectos como langostino, vieira y ahora también centolla, que financió el 50% de la campaña. Eso nos ayuda muchísimo. Nuestra idea es trabajar muy en conjunto con el sector privado porque estamos trabajando para lo mismo, el desarrollo de la pesca asegurando la sustentabilidad. En mi anterior gestión comencé con la viabilización de la financiación de las campañas de langostino, en ese momento era la única forma de salir al mar porque teníamos un presupuesto extremadamente limitado. El sector lo entendió y de allí en más quedó así, en este momento está navegando el Bogavante en campaña. Les sirve a ellos y nos sirve a nosotros para estudiar el recurso, es una situación win-win y así tiene que seguir. Esto genera que, además del aumento presupuestario, tenemos este aumento directamente volcado al desarrollo de las campañas, que no es poco.
El INIDEP en el campo internacional
RP: ¿Se está avanzando en la preparación de Argentina para tener datos, documentación y propuestas para cuando los acuerdos de la OMC y el BBNJ entren en vigencia?
OW: Ni bien me hice cargo de la gestión, comencé a insistir en esta temática en la que venía trabajando; tuvimos muy buena recepción en Cancillería que armó un grupo interdisciplinario y estamos avanzando bastante. Hay gente de Pesca, de la Armada, de Prefectura, se armaron seis grupos que están trabajando en distintas temáticas, esperamos poder llegar a concretar algo. Por primera vez no se está trabajando en ver cómo cooperamos con otros países, nuestro objetivo es regular la pesca en la milla 200. Este grupo no se limita a eso, pero por ahora se está trabajando en eso y bien, recién se empieza, pero ese es el camino. Abordar la problemática de la milla 200 no es fácil, hay que mirarlo desde muchas aristas respetando la legislación internacional.
RP: Es esperable la resistencia de España y China en controlar esa pesca.
OW: Es lógico que haya resistencia porque hoy tienen la libertad de pescar lo que quieran, si uno va a un esquema de regulación de la pesquería para garantizar la sustentabilidad, obviamente va a significar limitaciones, pero tendrán que entender que en el marco internacional si hay algo que no se negocia es la sustentabilidad y eso es obligación de todos. En el marco de la Convemar es obligación de todos los países. Habrá que trabajar en el mejor marco de cooperación posible, pero sin perder el objetivo de lograr la sustentabilidad en la explotación del área. La pesca hoy ahí no es ilegal pero es excesiva, no hay límite a la explotación porque no está reglamentada.
RP: En este contexto puede entenderse el reclamo de ALFA que pide flexibilizar las medidas restrictivas de captura de abadejo. A pesar de que el recurso es desde hace años monitoreado en las campañas de merluza, no hay campañas específicas y eso genera desconfianza en el sector, sobre todo al ver que afuera pescan mucho más que ellos.
OW: La información que nosotros tenemos del abadejo es que sigue estando en estado crítico y cada vez peor. No es cierto lo que dice ALFA sobre el monitoreo del abadejo, para estudiar la abundancia no hay que ir solamente a los pozos donde están concentrados, que son los únicos reservorios que quedan de abadejo en el Mar Argentino. Antes, todos los que pescaban merluza sacaban abadejo, estaba distribuido en toda la plataforma, eso no existe más, prácticamente desapareció y cada vez hay menos. Entonces el poco abadejo que queda está restringido a esos pozos. Si pescás en los pozos o en los alrededores obviamente vas a agarrar mucho abadejo, pero no significa que haya como para sacar las medidas restrictivas. Hay que entender que en el contexto global la disminución de la biomasa del abadejo respecto de la que tenía es enorme, estamos por debajo del punto de referencia límite. Estamos en una especie de plan de recuperación, aunque no haya sido reconocido de tal manera.
RP: ¿Se puede establecer un plan de recuperación sin la cooperación de, por ejemplo, España que pesca abadejo fuera de la milla 200?
OW: Eso dificulta muchísimo cualquier plan de recuperación, eso lo hemos planteado, yo lo planteé hace mucho tiempo al Consejo Federal Pesquero. Es un tema que hay que abordar, es totalmente ilógico y contraproducente restringir tanto nuestra flota y dejar que afuera sea descontrolada.
RP: ¿Quién tiene que abordar el tema?
OW: Se debería abordar a través de la Subsecretaría de Pesca o a través de la cooperación internacional que se pueda implementar con este grupo conformado por la Cancillería. El trabajo de ese grupo no se restringe solo al calamar, también al abadejo, la merluza hubbsi, la merluza negra, especies muy importantes. Habrá que sentarse con cada uno de los países que operan ahí y encontrar una solución de sustentabilidad.
RP: ¿Qué nivel de perturbación genera el avance de acuerdos como los que se está buscando el gobierno de Santa Cruz, con empresas chinas que tienen antecedentes de pesca INDNR y operan en la milla 201?
OW: Lo he conversado con colegas y coincidimos en que hay una necesidad de desarrollo local importante, porque no solo se intenta en Santa Cruz, también lo intentaron Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro, todos buscan una solución para incrementar la economía local, es lógico, pero si es a través de estos convenios, facilitando la explotación de la milla 200 va a ser contraproducente y va a ser muy resistido por la flota argentina como es lógico. Lo ideal sería una solución integradora, llegar a un acuerdo para limitar la explotación afuera y en función de eso se podrá ver si se da algún tipo de servicio desde los puertos argentinos. Estas acciones individuales no generan más que ruido.