España sancionó a 25 barcos por apagar el AIS cerca de nuestras aguas; contando con la misma información, Argentina no realizó ningún reclamo con anterioridad. Ahora entre 500 y 600 buques chinos se disponen a depredar el calamar illex en la Milla 201 y urge que el gobierno nacional adopte un rol proactivo contra la pesca INDNR.
La organización compartió con la Secretaría General de Pesca y con la Dirección General de la Marina Mercante el análisis realizado, que arrojó como resultado que el 90% de las 30 embarcaciones españolas identificadas por Oceana habían desactivado su AIS y pasado el doble de tiempo con el dispositivo reglamentario apagado, que encendido.
El gobierno español consideró la información recibida y confirmó que existían pruebas suficientes para aplicar sanciones sobre 25 barcos pertenecientes a las empresas Freiremar; Gambón; Moradiña; Pesca Baqueiro; Pesca Herculina; Pescaeste; Pesquera Barra; Pesqueras de Bon; Galdimar; Manuel Nores Canarias; Pesquerias Marinenses; Nores Marín; Profesionales Pesqueros y Walvifish. Algunas de las sanciones impuestas por España ascienden a 60.000 euros.
Los barcos sancionados apagaron el AIS sin motivos legítimos más de 1.200 veces durante al menos 24 horas. Según Oceana, esto no sólo debería constituir una infracción contra la seguridad marítima, sino también debería ser susceptible de sanción por parte de las autoridades pesqueras, sobre todo en el marco del nuevo Reglamento de Control Pesquero. Dicho reglamento, que entra en vigor en enero de 2024, exigirá a todas las embarcaciones notificar con antelación a las autoridades competentes cualquier apagado del AIS.
El asesor de la campaña de pesca ilegal y transparencia de Oceana en Europa, Ignacio Fresco Vanzini, afirmó en un comunicado que celebran “la decisión de la administración española por dar un paso más en favor de la transparencia en el sector pesquero. Aquellos que no respetan las normas deben saber que sus actos tienen consecuencias y en este caso es en forma de sanciones. El uso de sistemas de identificación automática es clave para la seguridad de los pescadores, para que los estados sepan lo que pasa en sus aguas y para garantizar que las actividades pesqueras se desarrollan dentro de la legalidad.”
Desde Oceana instaron al resto de países identificados en su análisis, entre ellos China, Corea del Sur y Taiwán, a hacer cumplir las normas vigentes, priorizar la transparencia del sector pesquero y garantizar la seguridad de los pescadores a bordo.
La información presentada al gobierno español por Oceana, obviamente también se presentó en su momento al gobierno argentino, pero ni desde la Subsecretaría de Pesca ni desde Cancillería se formuló reclamo alguno al respecto a ninguno de los estados involucrados. La inacción en esta materia es evidente e insostenible.
El Estado Nacional cuenta con herramientas para reclamar por el apagado del AIS, o la realización de trasbordos sospechados de pesca ilegal; explotación de recursos en peligro como el caso del abadejo o la explotación descontrolada que pone en riesgo la sustentabilidad del calamar, existen y han sido reforzadas con los últimos acuerdos internacionales alcanzados, como el de quita de subsidios de la Organización Mundial del Comercio o el de Océanos celebrado este año en la ONU. Lo que falta es decisión política para avanzar.
En las últimas semanas comenzaron a llegar, como todos los años, cientos de barcos, mayoritariamente chinos, taiwaneses y coreanos al borde de la milla 200 para capturar illex argentinus y poniendo nuevamente en peligro la sustentabilidad del recurso y la sostenibilidad de las empresas argentinas que deben competir en el mercado internacional con operadores que no cumplen con ninguna reglamentación biológica ni laboral, llegando incluso a violar derechos humanos básicos.
“La situación es la misma que se presenta cada año y hasta tanto la Argentina no decida tomar cartas en el asunto y pensar seriamente en un esquema de organización de la Milla 201 el problema es muy grande y el peligro es muy grande, sobre todo desde el punto de vista biológico. No tenemos conocimiento de cuánto se pesca afuera y tenemos la garantía de que no se cumple ninguna medida de administración. En esta flota no se cumplen las medidas de seguridad en la navegación que cumplen los argentinos, hay denuncias de trabajo esclavo y encima tienen subsidio de sus países que les permite operar a costos muy inferiores a los nuestros, teniendo el mismo mercado de destino que el de los barcos argentinos que cumplen con todas las normas, lo que genera una competencia desleal muy difícil de equiparar. Si se estima lo que pesca una flota de 70 buques al extrapolarlo a una flota de 500 buques el riesgo biológico y económico es muy alto y si no se actúa el riesgo se transformará en un problema de grandes dimensiones rápidamente”, señaló Dario Socrate, gerente de la Cámara de buques poteros argentinos (CAPA).
Está por verse si la Argentina mantendrá en la gestión de Javier Milei la misma actitud pasiva y permisiva a favor de los buques que operan en la Milla 201 y en contra de los pesqueros argentinos o si de una vez por todas se decidirá, al menos, a tratar de frenar la explotación descontrolada, la competencia desleal y el robo de nuestros recursos.
La situación ha llegado a un límite, la condición de estado bobo que ha adoptado nuestro país nos pone en ridículo, siendo quienes atentan contra nuestros intereses los que ponen el primer límite. Esperar que China actúe como lo ha hecho España es ingenuo. Las autoridades de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca ya están al tanto de la situación; es de esperar que rápidamente se articulen acciones con la Cancillería para dejar atrás una política internacional sumamente perjudicial para los argentinos.