Al 18 de marzo de 2025 se contabilizan descargas de la especie Calamar Illex por 42.261 toneladas, lo que representa el 50% del total de desembarques a nivel nacional, teniendo en cuenta que en plena zafra y con la flota operando se llevan pescadas 84.408 toneladas, según corroboró PARTE DE PESCA.

La estadística oficial revela, con claridad meridiana, el sostenido crecimiento que experimenta el puerto de la ciudad de Puerto Madryn en los volúmenes de desembarque de la especie Illex argentinus.

Un rápido repaso por los datos de la última década así lo confirman. En el año 2015, los muelles del Golfo Nuevo contabilizaron descargas de calamar por 10.759 toneladas; en 2016 cayó a 5.663 toneladas. A partir de 2017 se empezó a verificar un paulatino crecimiento, llegándose a ese año a computar desembarques de esa especie por 12.637 toneladas.

En tanto, en el año 2018, Madryn recibió 17.259 toneladas de pota. Y la información se completa con 18.448 toneladas en 2019; 25.587 toneladas en 2020; 23.284 toneladas en 2021; 37.497 toneladas en 2022 y 33.132 toneladas en el año 2023. Mientras que el año pasado marcó un récord en su historial de desembarques de Illex con un total de 39.723 toneladas.

Al tiempo que, en dos meses y medio de 2025, ese récord quedó superado al computarse 42.261 toneladas descargas en Puerto Madryn, según confIrma la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación dependiente del Ministerio de Economía.

El titular de la Administración Portuaria de Puerto Madryn, Lic. Diego Pérez, atribuyó este crecimiento sostenido de desembarques pesqueros a la sinergia y trabajo conjunto entre el sector privado, el sector del trabajo y el Estado.

Pérez destacó que a lo largo del tiempo se reportaron mejoras en la eficiencia en los tiempos de la descarga, lo que significó que las armadoras decidieran optar por los muelles de Madryn para concentrar sus desembarques, ya que tienen menos tiempo de espera y pueden retomar más rápido las operaciones de pesca.

“Es un orgullo tener estos niveles crecientes de desembarques y nos exige un mayor compromiso porque la vara se eleva y tenemos que estar a la altura de las circunstancias”, sostuvo el titular de la APPM.

“En Chubut está garantizada la paz social y esto no es un elemento menor. Es decisivo para quienes tienen que definir en qué puerto ingresan sus barcos”, evaluó el administrador portuario al dar cuenta de un factor que genera previsibilidad a la actividad y dinámica portuaria.

Pérez sostuvo que entre las inquietudes de los exportadores de la pesca estaba que Puerto Madryn era el puerto más rápido para las descargas de langostino congelado a bordo, y el sector potero demandaba parámetros similares. “La estiba invirtió en cintas para agilizar la descarga y el sector del trabajo, a través del sindicato SUPA, entendió estos desafíos, y en forma conjunta privados, trabajadores y el Estado nos sentamos en una mesa y juntos traccionamos estas mejoras de eficiencia que hizo que Madryn sea un puerto más atractivo para la flota potera”, analizó.

La velocidad de descarga y la garantía de paz social que ofrece el puerto madrynense serían dos de los elementos que favorecieron esta tendencia creciente de ingreso de buques y utilización de este puerto para concentrar sus desembarques.

“Tenemos un gobernador como Ignacio Torres que entiende que la industria pesquera es muy importante para la provincia y también para el país como generador de divisas. En Chubut hay un Estado presente que da respuestas y genera condiciones para el desarrollo de las inversiones”, subrayó.

En tanto, reveló que se trabaja en incrementar la frecuencia del ingreso de buques portacontenedores o que llegue alguno de mayor capacidad porque existen volúmenes de carga disponibles.

“Hoy estamos teniendo un déficit de contenedores, sobre todo en temporada alta, y porque también hay cargas ‘dry van’ de sectores productivos como la lana o tejos de aluminio que necesitan exportar desde acá”, resaltó al insistir en que se buscan alternativas para que esas cargas no deban salir por tierra hacia otros puertos, y en ese marco siguen las negociaciones con las navieras para aumentar frecuencias o incorporar portacontenedores de mayor capacidad para que recalen en el Golfo Nuevo.